A muchos les pasa que cada vez que escuchan la palabra masaje, lo relacionan a ir a un spa, un momento de relajación o hasta un lujo innecesario.
Hoy en día son cada vez más las personas que se abren a esta posibilidad como una opción de terapia, ya sea física y/o emocional, en donde el paciente es sometido a un momento único de intercambio de energía y de conexión con el terapeuta (masajista). Es tanta la energía que se transmite mutuamente, que el nivel de conexión entre terapeuta y paciente puede llegar a niveles muy altos, creando una relación momentánea de entrega física y emocional.
Por un lado tenemos al paciente, el cual puede lograr a través de esta terapia tratar alguna dolencia y/o lesión física en particular, producto de un movimiento o postura, o de algún deporte, además del trabajo a nivel emocional (ansiedad, depresión, frustración, etc) en distintas partes de nuestro cuerpo y en donde la medicina china nos entrega un mundo de información para usar a nuestro favor, desde la práctica de automasajes emocionales o trabajo a nivel de chakras, entre otros.
Por otro lado, tenemos al terapeuta, el cual a través de sus manos recibe toda la descarga de la persona tratada, y dado que esta descarga no filtra entre bueno o malo, existen algunas técnicas que se pueden utilizar como protección, por ejemplo usar ropa blanca (este color permite el bloqueo de absorción de energías, lo contrario del color negro), también es recomendable utilizar aceites protectores como lavanda y/o rosear en las manos o en la sala de masaje algún spray que contenga lavanda, romero y ruda.
Existen muchos tipos de masajes y la elección dependerá de nuestras necesidades e intereses, podemos encontrar más comúnmente los masajes relajantes y descontracturantes, este último requiere más presión e intensidad, y es recomendado para deportistas, personas sometidas a momentos de stress o alguien que simplemente gusta de este tipo de técnica. Pero además, tenemos otras opciones igual de efectivas como la reflexología podal, masajes emocionales o masajes con piedra calientes.
El momento de decidir cuándo, dependerá sólo de nosotros y de nuestro cuerpo, el cual nos va dando señales que no podemos evitar, pero si podemos decidir con que tipo de terapias nos queremos tratar, tampoco es el masaje la única opción, pero si una muy efectiva y natural, no invasiva a nuestro organismo y de fácil acceso.
Otra recomendación importante es la elección de nuestro terapeuta, debe existir confianza, conexión y entrega para lograr resultados efectivos.
Profundizar en cada tipo de masaje nos podría llevar a escribir un libro! Por el momento los quiero dejar invitados a informarse, buscar lectura relacionada (los libros de medicina china tienen mucha información interesante) y si se sienten preparados intentar probar con el tipo de masaje que más les acomode, nuestro cuerpo, mente y espíritu se merecen un cuidado oportuno.